jueves, 9 de junio de 2016

Crítica al sistema educativo español

Hoy he acabado la PAU. En la próxima semana y media sabré si el trabajo de los últimos meses ha dado sus frutos, aunque en verdad es un examen que no necesito para nada, puesto que ya he sido aceptado en la Universidad de Durham a hacer la carrera que quiero y no me han pedido nota de corte. Y, si teniendo unas notas tan altas y pudiendo ir a una de las mejores facultades de artes liberales a nivel mundial, ¿por qué escribo este artículo? Sencillamente porque pasar por 2º de bachillerato ha sido un año académico duro en el que he podido experimentar las causas del fracaso del sistema académico en España y creo que puedo responder a la pregunta: ¿por qué año tras año España está a la cola de Europa en cuanto a la educación? 
Es un país donde se vive fenomenal. Excelente comida, un clima agradable, los españoles somos "saladetes"... Es un país consolidado como tal desde hace 500 años y que no sabe ver que otro país con 10 veces menos historia que España, Corea del Sur, es el líder internacional de la educación. Concluimos así que en España se estudia mal pero se vive se cine y es un gran país. Yo amo mucho a mi país, pero hay cosas que escapan a mi comprensión...


Cosas como que un examen llamado "Prueba de Acceso a la Universidad" que se supone que ha de homogeneizar los currículos de una nación varíe según la comunidad autónoma. Pero no solo el examen, ¡los temarios también! De esta manera, una persona de, digamos Cáceres y otra de, pongamos, Valencia pueden tener la misma nota, acceder a la misma universidad y haber adquirido una formación radicalmente diferente. Si hasta se examinan en fechas diferentes, ¿cómo se pretende que haya una prueba justa? Este no es el caso en sistemas como el británico que, por suerte, conozco muy bien. El Reino Unido emite unos exámenes de bachillerato, los A-levels, que son solo 3 asignaturas (preguntes a quien preguntes, te dirá que es demasiado poco, pero bueno) pero esos exámenes son comunes no solo para todo el país, sino para todo aquel que en alguna parte del mundo desee hacer dicha prueba. Así sí, alguien que hace los A-levels en China ha podido cursar el mismo programa que alguien de Londres. España ya es un país pequeño como para que un examen global sea distinto según dónde se viva.

En el caso de España, desde mi punto de vista, se pone un énfasis excesivo en el aprenderse las cosas de memoria, la "memorieta pura", y esto va en detrimento del pensar. Nos encontramos por tanto, ante un sistema que casi acaba por ir contra la creatividad. Pongamos un ejemplo, los temas de "literatura" (si es que a eso se le puede llamar literatura) en la prueba de Lengua de Madrid. Son listados de títulos y autores y dos o tres ideas básicas. Ristras de datos que puede recitar un loro. De esta forma la dificultad no reside tanto saber acerca del Barroco, por ejemplo, sino de acordarte de cuándo tienes que decir las cosas, o sea, de haberte aprendido un esquema de memoria y haber cometido un "crimen literario" al haber resumido a García Márquez en 4 palabras: "Cien años de soledad" y eso es todo lo que se enseña sobre García Márquez. ¡Y quien diseñó el programa se quedó tan a gusto! Listados de cosas cuya utilidad solo se equipara al haberse aprendido de memoria la guía telefónica. Lo grave no es esto, es que lo que se aprende de memoria tiende a olvidarse mucho más rápido que el conocimiento cuando se ha entendido y procesado y personalizado. Pero el error no acaba allí, en el examen de Lengua y Literatura castellana se le da dos veces más peso al haberse aprendido como un papagayo el tema de turno que a haberse leído un libro, sección del examen que se califica con un máximo de 1 punto. ¿Me estás diciendo que alguien que no se haya leído un libro a los 18 años puede sacar un sobresaliente en Lengua? ¡No tendría ni que aprobar! Este es el crimen contra la creatividad. La literatura se basa en la lectura y si no se lee es imposible saber literatura, así de claro. Lo mismo sucede en la mayoría de las materias de letras en especial. En seguida hay que aprenderse 10 características sueltas del Renacimiento antes de pasar a analizar los casos particulares, los textos u obras de ese periodo. Es un sistema arcaico que explica las cosas yendo de lo general a lo particular en vez de al revés que, en mi opinión, es como mejor se retienen las cosas, cuando el alumno las ha trabajado, se ha ido a casa y ha pensado y reflexionado sobre el tema en cuestión. Pero no, el español es un método que perjudica al que piensa y lee más de lo que debe. No es necesario regurgitar a costa de un esfuerzo memorístico tremendo 15 ideas de la Vanguardias, se interioriza mucho mejor la información cuando te has leído algún libro escrito con técnicas vanguardistas y has vivido de primer mano lo que supone ese texto. A esto va vinculado el método de estudiarse estrictamente lo que pone el libro de texto. A capón. Información 100% factual. Esto solo produce una cosa: que la información que llega al estudiante no haya sido analizada o contrastada por él con otras fuentes, que es cuando se demuestra verdaderamente la madurez y el conocimiento de alguien. Esto desemboca en que el que estudia Historia de España sepa perfectamente cuándo suceden hechos menores e insignificantes como en qué año se fundan las Cortes de León, pero no sepa desarrollar un argumento histórico. En otros términos, no se nos enseña a pensar, solo a reproducir información. Esto produce una falta importante en el pensamiento crítico. Se de mucha importancia al qué son las cosas y muy, pero que muy poca al por qué de las cosas. Hay que replantear la educación. A alguien que en 3 meses va a estar en la universidad no debes preguntarle ¿qué dice Nietzsche?, tienes que hacerle pensar por su cuenta, despertar su espíritu crítico, que es lo que le diferencia del loro que recita la lección y preguntarle cosas como ¿por qué piensa así Nietzsche? Fruto de estos programas tan restrictivos y plagados de información factual es la limitación de la libertad docente del profesor en el aula para poder inspirar a sus alumnos y conseguir que piensen por sí mismos, saquen sus conclusiones y sean autónomos. ¡Igual hasta alguno está en desacuerdo con lo que pone el libro de texto! Lo importante no es eso, es saber analizar las cosas. Y esta carencia del pensamiento crítico se hace visible en la sociedad actual donde la información llega sin contrastar o analizar a nosotros y nosotros nos la creemos porque sí.

Cosas como que sea un sistema que premie la vagancia. Ilustraré este punto con un simple ejemplo. Un alumno que ha sacado un 8 en todas las asignaturas del curso todas las evaluaciones puede tener la misma nota que alguien que ha ido aprobando con un 6 y un 5 a lo largo del curso si éste último alumno hace un pedazo de global. Otro ejemplo de por qué es injusta la PAU es también muy simple. Este es Pedro. Ha sacado en, supongamos, Matemáticas, un 8,4. Por otro lado está Mercedes, que tiene un 7,5. Redondeamos y... ¡sorpresa! La nota es la misma en los dos casos: un 8. ¿La diferencia? Que tienen la misma nota global y se llevan casi 1 punto. Una tercera evidencia de este punto se ve con el examen de inglés. Vale. Pues el examen de inglés, que está disfrazado de un B2 no llega a ese nivel ni de broma, principalmente porque hay, poniéndolo suavemente, "ligeras incoherencias lingüísticas" en el propio examen, así como expresiones que no se emplean casi nunca en el habla corriente. Es un examen que si yo, que tengo el C2, lo estuviera haciendo a lo largo de un año, perdería bastante nivel de inglés. Además, ¿cómo se va a obligar a hacer un examen de inglés a gente que puede dar oficialmente clases de ese idioma? Tendría que ser un 10 directo, ¡¿para qué invertir tiempo y recursos cuando (y aquí viene lo fuerte) ese examen NO SE ACEPTA EN LAS UNIVERSIDADES BRITÁNICAS COMO PRUEBA DE DOMINIO DEL INGLÉS?! No les vale tal examen. Es absurdo poner un examen de inglés tan antipedagógico. Un examen de inglés que no tiene validez internacional y solo vale en España: ¡Guay! ¡Chapeau! Y no solo en el examen de inglés, este año en la prueba de Madrid de Selectividad de geografía, las respuestas eran erróneas. Se decía en las instrucciones que la localidad era Mojácar cuando en verdad era Salobreña. Y esto va hasta un paso más allá. Miremos los criterios con los que se provee a los correctores para desempeñar su labor en Madrid. 
Este es un modelo de examen de filosofía publicado en la web de la Universidad Complutense. Podemos observar cómo en el apartado titulado "Criterios específicos de corrección" (y me gustaría enfatizar que se ha empleado la palabra "específicos") lo único que se ha hecho ha sido decir lo mismo que ponía el enunciado de la pregunta pero con otras palabras. Así si la primera cuestión era, y cito textualmente "Exponer las ideas fundamentales del texto propuesto y la relación que existe entre ellas", la guía dice así "se comprobará el grado en que el estudiante es capaz de: a) identificar las ideas/argumentos fundamentales del texto. b) Exponer la relación existente entre tales ideas/argumentos". Y en el caso de que fuésemos al apartado que lleva por título "Soluciones", comprobaremos que solo se especifica el contenido que han de tener las respuestas del 30% del examen. De esta forma solo están verdaderamente corregidas la pregunta número 1 y parte de la 2, pero las cuestiones 3, 4 y la parte de la 2 que venía sin respuestas quedan a libre corrección. Mírenlo ustedes mismos, por favor. Esto nos lleva a afirmar que en esta PAU hay un libertad de corrección excesiva, tanta que supone la diferencia entre un aprobado y un suspenso.

Cosas como que no entendamos que una persona es más, mucho más que una nota escrita en un trozo de papel. ¿Qué hacemos realmente al basar los criterios de admisión estrictamente en una nota de corte? Ignorar una dimensión del ser humano y esto da lugar a que la gente decida en último momento y sin reflexionar una carrera sin contar con ningún interés vocacional. Una amiga mía es una de las personas más inteligentes y creativas que conozco. Es buena alumna, trabaja, baila muy bien flamenco, canta fenomenal, actúa genial… No sabe si le llegará la nota para medicina. Si ese es el caso, estamos ante el verdadero fracaso del sistema: Que gente que esté de sobra capacitada para algo, se juegue su futuro en haber o no haber obtenido una nota determinada en un único ítem que es además una prueba excesivamente memorística y que no creo que valore el verdadero potencial del alumno ni su proyección. Por tanto esta idea de “ser selectos”, que va implícita en la palabra “selectividad” es ilusoria. No somos selectos. Somos lo que dice un único papel que somos. Y esto es injusto y más cuando de lo que se está hablando es del futuro de una persona.

Y cosas… cosas como que la Selectividad no sepa adaptarse a los cambios. Antes aún era útil quizás aprenderse el año en el que se crean las Cortes de León, pero ahora con internet en 3 segundos lo puedo saber. Lo que no puede hacer una máquina pero lo que, a su vez sí pueden hacer las personas, es pensar y al no pensar se cosifica a la persona. Aceptémoslo, no nos hemos sabido adaptar a los nuevos tiempos. Estoy seguro de que la educación y el sistema pedagógico no han variado en al menos 30 años. Siguen siendo igual de desfasados y arcaicos. Cuando hice el C2 de francés, me dejaron tener un diccionario de francés sobre la mesa. Al alcance de mi mano. Porque una persona no es sólo lo que sabe, es como aplica lo que sabe utilizando los recursos frutos de un desarrollo tecnológico contra el que es imposible reaccionar. Ese era un examen de pensamiento crítico y no la PAU. 
Ante el único factor al que la Selectividad sí ha sabido moldearse como le ha dado la gana es al de la política. Las asignaturas cambian cada vez que hay un nuevo gobierno. Este sistema pedagógico politizado impide que se pueda aprender nada de nada. La educación tendría que ser algo sagrado y desvinculado del plano político, no supeditado a él.
En conclusión y en letras mayúsculas, la PAU es UN FRACASO COLECTIVO, reflejo del tremendo fallo existente en la mentalidad española en materia educativa. El resultado es un sistema que insulta desde un punto de vista intelectual al alumno que realiza la prueba.

Me gustaría dejar las cosas claras. Yo no soy un experto ni tengo un grado en magisterio para saber de lo que hablo. Yo no soy tampoco un anti-sistema ni un alumno que haya sacado un 5 pelado y por ello esté descontento con el programa de estudios. Sí soy un estudiante corriente, insatisfecho, sí pero que espera hablar del estado actual de las cosas para tratar de cambiarlas. Europeizarse, como quien dice. Luchemos para que el tiempo nos enseñe a aplicar el método pedagógico que nos ponga a la altura del resto del mundo. Los españoles somos muy listos. Solo falla el modo de explicar las cosas, lo que produce un elevado ratio de fracaso escolar. 

No quiero que le cambien el nombre a la Selectividad, ni que ahora se llame “reválida”, que supongo que será lo mismo pero con otra nomenclatura. Sí espero que cambie de verdad el cómo tenemos concebida la educación en España y que podamos aprender de nuestros errores.

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