martes, 20 de septiembre de 2016

"Don Quijote de la Mancha" en verso romance de Jesús Sarmiento

Esta entrada hace las veces de una conmemoración múltiple. Por un lado este es el artículo número 50 de este blog, así que ¡gracias a mis lectores! Por otro me gustaría decir que este 2016 está demostrando ser un año muy literario. No solo se cumplen 400 años de las muertes de dos de los mayores genios de la historia de la humanidad, Cervantes y Shakespeare, no solo es el centenario de Camilo José Cela ni el de Roald Dahl, que tiene algo para complacer a todos los públicos, en este 2016, del cual ya hemos cruzado el ecuador, ha salido publicado un libro fascinante escrito por una persona muy especial. Jesús Sarmiento estudió filosofía en Madrid y desde hace ya unas cuantas décadas se dedica a la enseñanza de la lengua y la literatura castellanas. Este amigo y antiguo maestro mío lleva años estudiando y especializándose en la gran obra de Cervantes y hace unos diez tuvo una idea fantástica. ¡Nada más y nada menos que pasar "Don Quijote de la Mancha" a verso romance! Publicó la primera parte en 2010 y tras más de un lustro de demora nos trae la versión definitiva. "El Quijote" completo en verso romance en una preciosa edición de tapa dura, revisada y "remasterizada". Ayer fui a hablar con él y tuvimos una preciosa y agradable conversación literaria. Me permitiréis que la comparta con vosotros parafraseando aquí una serie de cuestiones de las que hemos estado hablando:

Fernando: Dicen que "El Quijote" es una parodia de las novelas de caballerías, pero yo opino que es la mejor novela de caballerías. Definirla solo como una crítica es algo que se me queda corto. Es como decir que “Cándido” de Voltaire es únicamente una crítica a Leibniz. Yo creo que es mucho más 
Jesús: (Ríe) Algo así también dice Vargas Llosa. Es curioso cómo desde la ironía a veces se consigue precisamente el efecto contrario. Date también cuenta de que Cervantes no se muestra en contra de las buenas novelas de caballería, sino contra las malas, es decir las que no combinan los elementos necesarios para construir una buena novela, como la verosimilitud de la que habla Cervantes. Es decir, no que lo que se cuenta sea creíble, pero que parezca creíble, que de la impresión de que es real.
F: Claro. Lo que también creo es que, aunque, ya te digo, no me he leído la Segunda parte, sí creo que, hay obras como "El gran Gatsby" o "El guardián entre el centeno" a partir de las cuales se puede enseñar en las escuelas de escritura creativa la fórmula sobre cómo hacer una novela. Y creo que esta es una de ellas. 
J.: Sí, eso es verdad. Date cuenta también de que ya Cervantes va marcando una especie de método sobre cómo hacer una novela. “Vos escribid a la llana con los vocablos certeros” (…)

J.: Con respecto a la ironía en Cervantes, cuanto más leo sobre él más creo que no muestra una ironía corrosiva ni hiriente como hace Quevedo por ejemplo. No hay odio en sus palabras.
F.: Es que Quevedo… A mí me encanta, es de mis poetas favoritos pero en versos satíricos es que se pasa. Aunque no demuestra eso en sus poemas de amor.
J.: Para nada. “Amor constante más allá de la muerte” es de las cosas más bonitas que se han escrito.
F.: Totalmente de acuerdo. Y pese a ser conceptista, no hay que pasar por alto que sus poemas encierran una gran cantidad de alusiones mitológicas.
J.: Sí. A ver, no llega a hacerlo como Góngora, pero es cierto que el culteranismo y el conceptismo comparten una serie de elementos comunes, como tú bien señalas, los mitos es uno de ellos.
F.: Volviendo a Cervantes, yo cuando lo leo sí que noto un cierto aire desencantado.
J.: Hay una nota desencantada, efectivamente, pero no muestra odio ni desprecio a nada, creo que esa es una de las razones por la que Quijote, que es el personaje a través del cual habla Cervantes (por eso a veces me confundo y utilizo los términos “Quijote” y “Cervantes” indistintamente), como personaje se hace entrañable.
F.: También hay que tener en cuenta que él no tuvo una vida tan plena ni tan llena de éxito como Lope, que es que se lo pasó pipa (ríe)
J.: Sí, Lope para mi gusto, lo que escribe está muy bien, pero le falta algo.
F.: Yo creo que es en materia del desarrollo de los personajes, eso es algo Calderón, por ejemplo, logra con más matices. (…) 

J.: A mi entender la Segunda parte del “Quijote” es mucho más entretenida que la anterior.
F.: Me lo han comentado.
J.: Principalmente porque hay “mucho más Quijote y mucho más escudero”, además en esta parte Cervantes consigue un juego tridimensional delicioso en el que mezcla la realidad y la ficción de forma genial. Ese es uno de los grandes éxitos del “Quijote”.
F: En parte puede que esto también se deba a la propia persona de Cervantes. Quieras o no, cuando escribe la segunda parte, es un Cervantes diez años mayor, más curtido, ha sufrido más, por no olvidar la problemática del “Quijote” de Avellaneda.
J: Sí, el Quijote apócrifo. Pero aunque es algo que lógicamente está presente en la segunda parte, no le afecta demasiado a Cervantes como escritor. Entiéndeme, no le resbala, pero ya dice él en el prólogo, que es una de las partes de las que estoy más orgulloso de cómo me ha quedado, que no va ir a por Avellaneda. Y ese prólogo es un buen ejemplo de cómo darle caña a tu oponente pero, como decíamos antes, pese a tener este toque desencantado, Cervantes no ataca con odio. (…)

F.: Yo he de reconocerlo, me he ido “aristeando” con el paso de los años (ríe). Hace tiempo no era tan así. Siempre me ha gustado el arte en toda su dimensión, pero cada vez conozco a más gente en ese mundo y…
J.: Sí, vamos que te gusta más.
F.: Me gusta más, efectivamente. Pero creo que los artistas siempre estamos un poco locos (ríe). Estamos algo zumbados. Eso sí, sin los raros, el mundo sería un lugar aburridísimo.
J.: Fernando, ¿qué es la cordura? Como sabes no hay una definición. Siempre se ha intentado definir. Mira todos los ejemplos que hay en la literatura.
F.: Lógicamente “El Quijote”, “Hamlet”, “Alguien voló sobre el nido del cuco”, otra gran película, que decíamos antes de “La naranja mecánica”, todas abordan de alguna manera el tema de la locura.
J.: Claro, claro. En “El Quijote”, de hecho, parte de las interpretaciones actuales hablan de si hay que sentir pena o risa por el personaje central. En la época, el loco era alguien del cual uno se podía reír. Era como el tonto del pueblo. Ahora no, ahora el loco es un enfermo. Por eso hay quien siente lástima por el Quijote y quien cree que es objeto de burla. A ver, para ser artista, un poquito loco sí hay que estar. (…) Yo creo, vamos, que el artista es aquel que, entiéndeme, sin pretensiones, es quien logra encontrar el punto muerto, el punto ciego que se les escapa a todos los demás. Es quien puede aportar una visión nueva que nadie más ha pensando.
F.: Totalmente de acuerdo. Si todos ven X, el artista es el que ve que si a esa letra se le quita una raya se convierte en Y. (…)

F.: ¿Sabes? Por favor, tómate esto como un cumplido. A propósito de lo que has dicho antes de que para que haya un artista tiene que tener dos características: primero llevarlo en la sangre y luego impregnarse del arte para aprender de ella, te quería decir que mi bisabuelo, Julio Úbeda, cogió la “Divina Comedia” de Dante y se dedicó, cuando ya era un hombre mayor, a traducirla al español en verso y rimando. Lo que has hecho con “El Quijote” me recuerda mucho a lo que hizo él.
J.: Hostia (ríe). Fíjate que estaba pensando el otro día en si a alguien se le habría ocurrido hacer algo parecido a lo que he hecho yo con el “Quijote”. Estuve mirando en Italia, en Inglaterra, en Estados Unidos… Y aunque hay cosas escritas en décima espinela, la rima consonante restringe mucho y…
F.: Acaba sonando artificial.
J.: Exactamente. Por eso en parte me ratifico en mi decisión de pasarlo a romance. ¡Y mira por dónde me dices que tu bisabuelo hizo algo parecido con “La Divina Comedia”! Joder, solo se nos ocurre a nosotros hacer estas gilipolleces. (Ríe)
F.: Los locos es que somos gente con mucho tiempo libre. (…)     

Ya me leí la primera parte de la versión de Jesús Sarmiento el año pasado. Estaba esperando a ser un poco mayor para poder apreciarla en detalle. Me leí simultáneamente la obra original en prosa cervantina y este trabajo del señor Sarmiento. Desde el primer momento en el que me hice con el libro supe que el ejemplar que tenía entre las manos era bueno, era el fruto de años de cuidadoso trabajo y análisis de una de las mejores novelas de todos los tiempos, digerido y amenizado, traducido a un hermoso lenguaje poético, pero sabiendo todo eso como lo sabía, el proyecto de Sarmiento me ha sorprendido. Ha conseguido plasmar en un extenso romance la calidad de la pluma de Cervantes y la esencia del Quijote. Los sonetos que escribe el genuino autor de Alcalá de Henares ahora no son sonetos, son versos del largo poema de Sarmiento. El ingenio de Alonso Quijano y la simpleza que hace a Sancho tan entrañable cobran una nueva dimensión en "Don Quijote de la Mancha en verso romance". Este trabajo tan original, tan singular, tan espectacular es una prueba de que el arte y la literatura aún están vivas, aunque hayan sido heridas por los libros electrónicos. Nos ha obsequiado con una obra que espero que se acabe estudiando en alguna escuela de poesía o en alguna sociedad de lectura. Es un ejemplo de los resultados del trabajo duro y del excelente conocimiento que el señor Sarmiento posee de esta novela, en la que mecido por la poesía "sarmientina" el Quijote inicia una nueva andadura entre el calor de los versos octosílabos de la siguiente manera:

"Su autor no quiere acordarse 
de en qué lugar de la Mancha
vivía, no ha mucho tiempo
un tal hidalgo "Quijana",
aunque los historiadores 
que relatan sus hazañas
también lo nombran a veces 
como "Quijada" o "Quesada".
Tenía este hidalgo manchego
arrinconada la lanza
-es decir, en astillero-
rocín flaco y vieja adarga 
(J. Sarmiento)"

Tras estas palabras, fijémonos en la calidad del retrato "donquijotesco" que Sarmiento logra en tan poco espacio, con vocablos tan simples, con tanta adecuación a la versión original. Y ahí están los pilares del primer dibujo que tiene la literatura hispánica y mundial de este icónico personaje. ¿Acaso pierde respecto al libro cervantino? Yo no lo creo. ¿Qué creéis vosotros? 
Deseémosle lo mejor en esta gran empresa y ojalá coseche todo el éxito y el reconocimiento que el desdichado Cervantes no obtuvo en vida. Vos escribid a la llana.  

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