martes, 20 de septiembre de 2016

"Don Quijote de la Mancha" en verso romance de Jesús Sarmiento

Esta entrada hace las veces de una conmemoración múltiple. Por un lado este es el artículo número 50 de este blog, así que ¡gracias a mis lectores! Por otro me gustaría decir que este 2016 está demostrando ser un año muy literario. No solo se cumplen 400 años de las muertes de dos de los mayores genios de la historia de la humanidad, Cervantes y Shakespeare, no solo es el centenario de Camilo José Cela ni el de Roald Dahl, que tiene algo para complacer a todos los públicos, en este 2016, del cual ya hemos cruzado el ecuador, ha salido publicado un libro fascinante escrito por una persona muy especial. Jesús Sarmiento estudió filosofía en Madrid y desde hace ya unas cuantas décadas se dedica a la enseñanza de la lengua y la literatura castellanas. Este amigo y antiguo maestro mío lleva años estudiando y especializándose en la gran obra de Cervantes y hace unos diez tuvo una idea fantástica. ¡Nada más y nada menos que pasar "Don Quijote de la Mancha" a verso romance! Publicó la primera parte en 2010 y tras más de un lustro de demora nos trae la versión definitiva. "El Quijote" completo en verso romance en una preciosa edición de tapa dura, revisada y "remasterizada". Ayer fui a hablar con él y tuvimos una preciosa y agradable conversación literaria. Me permitiréis que la comparta con vosotros parafraseando aquí una serie de cuestiones de las que hemos estado hablando:

Fernando: Dicen que "El Quijote" es una parodia de las novelas de caballerías, pero yo opino que es la mejor novela de caballerías. Definirla solo como una crítica es algo que se me queda corto. Es como decir que “Cándido” de Voltaire es únicamente una crítica a Leibniz. Yo creo que es mucho más 
Jesús: (Ríe) Algo así también dice Vargas Llosa. Es curioso cómo desde la ironía a veces se consigue precisamente el efecto contrario. Date también cuenta de que Cervantes no se muestra en contra de las buenas novelas de caballería, sino contra las malas, es decir las que no combinan los elementos necesarios para construir una buena novela, como la verosimilitud de la que habla Cervantes. Es decir, no que lo que se cuenta sea creíble, pero que parezca creíble, que de la impresión de que es real.
F: Claro. Lo que también creo es que, aunque, ya te digo, no me he leído la Segunda parte, sí creo que, hay obras como "El gran Gatsby" o "El guardián entre el centeno" a partir de las cuales se puede enseñar en las escuelas de escritura creativa la fórmula sobre cómo hacer una novela. Y creo que esta es una de ellas. 
J.: Sí, eso es verdad. Date cuenta también de que ya Cervantes va marcando una especie de método sobre cómo hacer una novela. “Vos escribid a la llana con los vocablos certeros” (…)

J.: Con respecto a la ironía en Cervantes, cuanto más leo sobre él más creo que no muestra una ironía corrosiva ni hiriente como hace Quevedo por ejemplo. No hay odio en sus palabras.
F.: Es que Quevedo… A mí me encanta, es de mis poetas favoritos pero en versos satíricos es que se pasa. Aunque no demuestra eso en sus poemas de amor.
J.: Para nada. “Amor constante más allá de la muerte” es de las cosas más bonitas que se han escrito.
F.: Totalmente de acuerdo. Y pese a ser conceptista, no hay que pasar por alto que sus poemas encierran una gran cantidad de alusiones mitológicas.
J.: Sí. A ver, no llega a hacerlo como Góngora, pero es cierto que el culteranismo y el conceptismo comparten una serie de elementos comunes, como tú bien señalas, los mitos es uno de ellos.
F.: Volviendo a Cervantes, yo cuando lo leo sí que noto un cierto aire desencantado.
J.: Hay una nota desencantada, efectivamente, pero no muestra odio ni desprecio a nada, creo que esa es una de las razones por la que Quijote, que es el personaje a través del cual habla Cervantes (por eso a veces me confundo y utilizo los términos “Quijote” y “Cervantes” indistintamente), como personaje se hace entrañable.
F.: También hay que tener en cuenta que él no tuvo una vida tan plena ni tan llena de éxito como Lope, que es que se lo pasó pipa (ríe)
J.: Sí, Lope para mi gusto, lo que escribe está muy bien, pero le falta algo.
F.: Yo creo que es en materia del desarrollo de los personajes, eso es algo Calderón, por ejemplo, logra con más matices. (…) 

J.: A mi entender la Segunda parte del “Quijote” es mucho más entretenida que la anterior.
F.: Me lo han comentado.
J.: Principalmente porque hay “mucho más Quijote y mucho más escudero”, además en esta parte Cervantes consigue un juego tridimensional delicioso en el que mezcla la realidad y la ficción de forma genial. Ese es uno de los grandes éxitos del “Quijote”.
F: En parte puede que esto también se deba a la propia persona de Cervantes. Quieras o no, cuando escribe la segunda parte, es un Cervantes diez años mayor, más curtido, ha sufrido más, por no olvidar la problemática del “Quijote” de Avellaneda.
J: Sí, el Quijote apócrifo. Pero aunque es algo que lógicamente está presente en la segunda parte, no le afecta demasiado a Cervantes como escritor. Entiéndeme, no le resbala, pero ya dice él en el prólogo, que es una de las partes de las que estoy más orgulloso de cómo me ha quedado, que no va ir a por Avellaneda. Y ese prólogo es un buen ejemplo de cómo darle caña a tu oponente pero, como decíamos antes, pese a tener este toque desencantado, Cervantes no ataca con odio. (…)

F.: Yo he de reconocerlo, me he ido “aristeando” con el paso de los años (ríe). Hace tiempo no era tan así. Siempre me ha gustado el arte en toda su dimensión, pero cada vez conozco a más gente en ese mundo y…
J.: Sí, vamos que te gusta más.
F.: Me gusta más, efectivamente. Pero creo que los artistas siempre estamos un poco locos (ríe). Estamos algo zumbados. Eso sí, sin los raros, el mundo sería un lugar aburridísimo.
J.: Fernando, ¿qué es la cordura? Como sabes no hay una definición. Siempre se ha intentado definir. Mira todos los ejemplos que hay en la literatura.
F.: Lógicamente “El Quijote”, “Hamlet”, “Alguien voló sobre el nido del cuco”, otra gran película, que decíamos antes de “La naranja mecánica”, todas abordan de alguna manera el tema de la locura.
J.: Claro, claro. En “El Quijote”, de hecho, parte de las interpretaciones actuales hablan de si hay que sentir pena o risa por el personaje central. En la época, el loco era alguien del cual uno se podía reír. Era como el tonto del pueblo. Ahora no, ahora el loco es un enfermo. Por eso hay quien siente lástima por el Quijote y quien cree que es objeto de burla. A ver, para ser artista, un poquito loco sí hay que estar. (…) Yo creo, vamos, que el artista es aquel que, entiéndeme, sin pretensiones, es quien logra encontrar el punto muerto, el punto ciego que se les escapa a todos los demás. Es quien puede aportar una visión nueva que nadie más ha pensando.
F.: Totalmente de acuerdo. Si todos ven X, el artista es el que ve que si a esa letra se le quita una raya se convierte en Y. (…)

F.: ¿Sabes? Por favor, tómate esto como un cumplido. A propósito de lo que has dicho antes de que para que haya un artista tiene que tener dos características: primero llevarlo en la sangre y luego impregnarse del arte para aprender de ella, te quería decir que mi bisabuelo, Julio Úbeda, cogió la “Divina Comedia” de Dante y se dedicó, cuando ya era un hombre mayor, a traducirla al español en verso y rimando. Lo que has hecho con “El Quijote” me recuerda mucho a lo que hizo él.
J.: Hostia (ríe). Fíjate que estaba pensando el otro día en si a alguien se le habría ocurrido hacer algo parecido a lo que he hecho yo con el “Quijote”. Estuve mirando en Italia, en Inglaterra, en Estados Unidos… Y aunque hay cosas escritas en décima espinela, la rima consonante restringe mucho y…
F.: Acaba sonando artificial.
J.: Exactamente. Por eso en parte me ratifico en mi decisión de pasarlo a romance. ¡Y mira por dónde me dices que tu bisabuelo hizo algo parecido con “La Divina Comedia”! Joder, solo se nos ocurre a nosotros hacer estas gilipolleces. (Ríe)
F.: Los locos es que somos gente con mucho tiempo libre. (…)     

Ya me leí la primera parte de la versión de Jesús Sarmiento el año pasado. Estaba esperando a ser un poco mayor para poder apreciarla en detalle. Me leí simultáneamente la obra original en prosa cervantina y este trabajo del señor Sarmiento. Desde el primer momento en el que me hice con el libro supe que el ejemplar que tenía entre las manos era bueno, era el fruto de años de cuidadoso trabajo y análisis de una de las mejores novelas de todos los tiempos, digerido y amenizado, traducido a un hermoso lenguaje poético, pero sabiendo todo eso como lo sabía, el proyecto de Sarmiento me ha sorprendido. Ha conseguido plasmar en un extenso romance la calidad de la pluma de Cervantes y la esencia del Quijote. Los sonetos que escribe el genuino autor de Alcalá de Henares ahora no son sonetos, son versos del largo poema de Sarmiento. El ingenio de Alonso Quijano y la simpleza que hace a Sancho tan entrañable cobran una nueva dimensión en "Don Quijote de la Mancha en verso romance". Este trabajo tan original, tan singular, tan espectacular es una prueba de que el arte y la literatura aún están vivas, aunque hayan sido heridas por los libros electrónicos. Nos ha obsequiado con una obra que espero que se acabe estudiando en alguna escuela de poesía o en alguna sociedad de lectura. Es un ejemplo de los resultados del trabajo duro y del excelente conocimiento que el señor Sarmiento posee de esta novela, en la que mecido por la poesía "sarmientina" el Quijote inicia una nueva andadura entre el calor de los versos octosílabos de la siguiente manera:

"Su autor no quiere acordarse 
de en qué lugar de la Mancha
vivía, no ha mucho tiempo
un tal hidalgo "Quijana",
aunque los historiadores 
que relatan sus hazañas
también lo nombran a veces 
como "Quijada" o "Quesada".
Tenía este hidalgo manchego
arrinconada la lanza
-es decir, en astillero-
rocín flaco y vieja adarga 
(J. Sarmiento)"

Tras estas palabras, fijémonos en la calidad del retrato "donquijotesco" que Sarmiento logra en tan poco espacio, con vocablos tan simples, con tanta adecuación a la versión original. Y ahí están los pilares del primer dibujo que tiene la literatura hispánica y mundial de este icónico personaje. ¿Acaso pierde respecto al libro cervantino? Yo no lo creo. ¿Qué creéis vosotros? 
Deseémosle lo mejor en esta gran empresa y ojalá coseche todo el éxito y el reconocimiento que el desdichado Cervantes no obtuvo en vida. Vos escribid a la llana.  

jueves, 15 de septiembre de 2016

El impacto del Brexit en los QS World University Rankings 2016

La incertidumbre respecto a la financiación de los proyectos de investigación de las universidades británicas derivada del Brexit les ha pasado factura a todas. QS World University rankings 2016 salió publicado la semana pasada.
Si bien los QS rankings distan de ser perfectos y sus criterios para medir las "mejores universidades" no son los mejores y no reflejan completamente la realidad de la calidad de algunas instituciones (por ejemplo, que Bristol esté por delante de St. Andrews y Durham o que Dartmouth College, Exeter University o Bath estén peor consideradas que Lancaster o Aberdeen quizás no sea del todo cierto. Pregúntenle a cualquiera del Reino Unido si Exeter es más prestigiosa que Aberdeen y a alguien de Estados Unidos si una institución de la Ivy League como Dartmouth es peor que Rice y se sorprenderán. Este comentario no tiene carácter ofensivo, recordemos que estamos hablando de las "mejores universidades" y no defiendo que Bristol, Lancaster o Aberdeen sean malas universidades, pero dentro de las "mejores" hay algunas instituciones que son "mejores" que otras), es importante reconocer que son relativamente precisos y que consideran un amplio número de criterios. Pero básicamente lo que dicen los rankings de QS y de Shangái en materia de clasificar universidades va a misa. Y hoy en misa se predica que aunque no se hayan iniciado las negociaciones del Brexit todavía, solo el hecho de haber votado ha conseguido lo que no se había visto nunca en la historia de QS World University Rankings: Cambridge ya no es el número 3. No es la única que ha caído. Todas a excepción, inexplicablemente, de Edimburgo han bajado, y algunas hasta casi 15 puestos a causa de que la nefasta decisión de salir de la Unión Europea ha creado posibles problemas financieros. Si yo fuera Stanford ahora mismo, iría a casa de Theresa May, David Cameron, Nigel Farage, Michael Gove y Boris Johnson a agradecérselo. Y resulta que ha sido necesario un 51% de los votos de una nación para que su principal rival en materia de universidades, Estados Unidos, se frote las manos y lance una risa siniestra a los cielos similar a la de la malvada Bruja del Oeste.
Si había dudas de si el voto "Leave" era una buena idea, parecen haberse despejado por completo en estos meses. En 24 horas los resultados del Brexit le hicieron un daño a la libra del que todavía no se ha recuperado y ahora QS World University rankings señala que una de las principales fuentes de exportación del Reino Unido (sí, amigos, todavía se llama así, aún no se ha desintegrado, pero esperemos un poco a ver qué pasa), la educación, también ha sido afectada. Y es que la victoria del Brexit es la victoria del egoísmo más absoluto, del radicalismo nacionalista y la derrota de la integración. Es cerrarle la puerta a una Unión Europea que ha mantenido la paz en el continente y que lucha día a día para resolver los problemas que acechan a los casi 30 estados miembros. No es perfecta, pero es de lo mejor que tenemos.
Si yo fuera ahora mismo David Cameron pediría disculpas. Disculpas por haber pensado que tener el 51% de la Cámara era igual a tener el 51% del apoyo popular. Disculpas por ignorar que no le debo la victoria en las urnas de 2015 a mi programa, sino al sistema "First-past-the-post" y haber ido de sobrado y de creído en el referendum. Disculpas por crear una fractura generacional y reavivar el problema con Escocia. Y disculpas por haberme inventado un método fantástico para acabar con los radicales de UKIP accediendo a darles una concesión tan importante sin pedir nada a cambio. ¡Si resulta que soy don Solidario! ¡Qué tiemble Gandhi! Y renunciaría a mi sueldo de ex-primer ministro porque el hombre que herido a una nación no merece cobrar nada, y menos cuando tengo tanta pasta.
Y si yo fuera ahora mismo Theresa May también pediría disculpas. Disculpas por haber fingido ser partidaria del "Remain" y ahora que me quito la máscara muestro que soy una euroescéptica que ignora las peticiones de Cameron de mantenerme cerca de la Unión Europea siendo yo primera ministra del Reino Unido.
Y si yo fuera Nigel Farage, renunciaría inmediatamente a mi silla de Eurodiputado y pediría disculpas por ser un hipócrita, por haber dimitido de UKIP pero por seguir en la UE. Pero, ¿a que la Unión Europea no está tan mal mientras te siga pagando el sueldo?
Y si yo fuera Boris Johnson, me estaría muriendo de vergüenza al ver que la ciudad en la que estudié y mis antiguos profesores se muestran radicalmente en contra de mi fantástica ocurrencia. Y me estaría muriendo de vergüenza de colgar en las redes sociales "Es triste ver a Cameron dimitir de su escaño" sabiendo que fui yo, su primo quien ha hecho eso posible. Y me estaría muriendo de vergüenza de pensar que alguna vez me eché algún amigo alemán o español o francés o italiano o húngaro (la lista en interminable) y de decirle a la cara que si quiere venir a la universidad no le será tan sencillo.
Lo que prueba esta votación es que no todo puede salir a referendum. Y si alguien tiene dudas, ¿por qué no hacemos un referendum a ver si nos está permitido darle una patada a Boris Johnson? ¡Ánimo, solo necesitamos el 51%!

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Institut français: Rencontre avec Mathias Enard

Il a gagné le Prix Goncourt 2015 grâce à son roman "Boussole" et il a vécu toute sa vie fasciné par une amante capricieuse: l'orientalisme. Mathias Enard donnait hier à l'Institut Français de Madrid une conférence sur ce livre. Après être allé au colloque littéraire, j'espère être capable d'acheter une copie de "Boussole" le plus vite possible!
La présentation a été introduite par l'ambassadeur et après avoir louangé la carrière littéraire de cet écrivain de 44 ans, une présentatrice a pris la parole et l'entretien a commencé. La présentation a eu lieu moitié en espagnol et moitié en français.
Dans ses réponses, Mathias Énard nous a parlé de l'importance de l'orientalisme dans "Boussole" et dans sa profession. Monsieur Énard parle plusieurs langues comme le perse, l'espagnol, bien sûr le français et aussi l'arabe, c'est donc logique d'imaginer que beaucoup de ce qu'il a écrit a été en rapport avec l'orientalisme. Grâce à ses habilités linguistiques, il a travaillé comme traducteur plusieurs fois et il a beaucoup voyagé principalement à des territoires comme l'Egypte. Contrairement à ce qu'on peut penser, il a avoué qu'il n'aime pas trop le voyage comme tel, mais il adore rester dans un endroit determiné pendant quelques années. Il ne faut pas négliger également le rôle de l'art dans sa production littéraire, spécialement étant donné qu'il a étudié l'histoire de l'art à Paris. Quand je lui ai demandé sur l'influence de cette matière dans sa vie il nous a confesé que c'était grâce au fait qu'il a pris quelques modules d'arabe en étudiant sa licence qu'il a commencé à s'intéresser vraiment à l'orientalisme. 
Essentiellement, pour ce que Mathias Énard nous a dit, "Boussole" est un roman d'amour qui est plain de citations et de références littéraires et culturelles, une histoire qui nous est raconté par un des personnages principaux. À propos de cet aspect culturel du roman, la présentatrice lui a fait une question sur Proust et les "Mille et une nuits", ce à quoi Énard a structuré une comparaison entre ces deux textes que j'ai trouvé particulièrement intéressante, surtout quand il a parlé du parallélisme entre le dernier volume de "La recherche du temps perdu" et l'histoire de Scheherzade. Mais ne croyons pas que "Boussole" est un livre si sérieux. Dans la présentation, Énard nous a lu un passage du texte où il fait une dichotomie entre deux types d'artistes, ceux qui sont "tuberculeux" et ceux qui sont "syphilitiques". Avec ces mots, il essayait de parler de ceux qui sont plus extravertis, c'est à dire, les "tuberculeux", et les auteurs un peu introvertis, les "syphilitiques" et avec cette démonstration d'humeur il a classé quelques artistes comme Michel-Ange selon ces critères. Après ce passage, une femme lui a demandé: "Mathias Énard: tuberculeux ou syphilitique?" Cette intervention a fait rire à toute l'audience!      
L'objectif principal de "Boussole" est cel de réconcilier l'Orient et l'Occident et essayer de capturer l'essence de nos civilisations. Ma dernière question est la suivante: Faut-il trouver une boussole pour cela ou est-ce que cette boussole peut nous guider?        

viernes, 9 de septiembre de 2016

Albert Camus et les conclusions de Charles Moeller

Albert Camus. Cet écrivain algérien est un des humanistes et philosophes les plus importants du 20ème siècle et il a attiré l’intérêt d’un gran nombre de critiques littéraires et il a fasciné son public avec des titres comme "L'étranger", "L'homme revolté", "La chute" et "Caligula". Ses livres constituent l’essence de la philosophie de l’absurde et les bases du mouvement intellectuel qui inspirera le théâtre de l’absurde dans les années 50. L’objet de cet article porte sur examiner un peu la figure de Camus et évaluer quelques un des arguments de Charles Moeller.    
Normalement ont voit Camus comme un des philosophes existentialistes, mais plusieurs spécialistes soutiennent que point de vue n’est pas tout à fait correcte. Dans son essai “Littérature du 20ème siècle et christianisme” le théologal Charles Moeller défend que l’oeuvre d’Albert Camus a été erronément aperçue comme un exemple de philosophie existentialiste, mais cela a une explication logique. Le “cycle de l’absurde” a été paru pendant les années 40, c’est à dire, quand Sartre et Simone de Beauvoir ont commencé à définir l’existentialisme et donc on a tous cru qu’on assistait au naissance d’un nouveau auteur existentialiste. De plus, on a ignoré que “Caligula”, qui appartienne au “cycle de l’absurde” a été écrite en 1937 et pas en 1942. J’ajoute que c’est vrai que le contenu de ces premières oeuvres camusiennes a sans doute quelques éléments qui nous rappelle aux existentialistes. Cela s’explique si on comprend que, même si ses liens s’ont tordu après quelques années, Sartre et Camus étaient assez proches au début. À mon avis, la connexion principal entre les oeuvres du “cycle de l’absurde” de la philosophie existentialiste porte sur la subjectivité dont Sartre parle dans sa conférence de 1946 “L’existentialisme est un humanisme” et, en admettant que Camus était athée, c’est logique de croire qu’il aurait pu considérer la religion comme un exemple de “mauvaise foi”. Malgré ces influences, j’estime que l’existentialisme et les croyances philosophiques de Camus diffèrent dans une prémisse fondamentale, celle de la liberté. Pour les existentialistes, l’homme est complètement libre et responsable de ses actes et on est condamné à être libres, mais chez Camus le cycle de l’absurde suggère que l’homme est déterminé et qu’il manque de la liberté. Je voudrais illustrer cet argument en parlant du rôle du soleil dans “L’étranger”. Quand Meursault tue il ne le fait pas conscient de son acte, mais conditionné par la chaleur du soleil, qui joue le rôle d’un agent, paradoxalement, externe à Meursault et donc le soleil peut être interpreté comme l’étranger de l’étranger, c’est à dire, le sujet qui est externe au sujet qui est externe. Étant donné que le soleil est une force que Meursault est incapable de contrôler, il se trouve condamné à ne pas être libre et a tuer l’arabe. Ensuite, il faut également considérer la question: est-ce que Meursault est coupable de ne rien sentir? Est-ce qu’il est determiné à être l’étranger? On ne sait pas s’il a vécu toute sa vie dans l’apathie ou s’il a choisi d’être le “Sisyphe heureux”, car Camus ne nous informe pas de comment il était avant de la mort de sa mère. Cependant, je crois qu’on peut argumenter qu’il est, effectivement, coupable de ne rien sentir si on voit qu’il y a un moment pendant son juge à la fin du livre où tout le monde commence à parler du fait qu’il est l’étranger et de sa mère et en faisant cela ils oublient qu’ils sont en train de juger s’il doit être condamné pour être un criminel ou pas. La décision du tribunal est qu’il est coupable, mais on ne sait pas de quoi, si d’être un assassin ou d’être l’étranger. En examinant la nature absurde du processus judiciaire, je crois qu’on peut inférer que son apathie a eu un impact dans la décision finale. Selon ce point de vue, le monde estime qu’il est coupable de ces deux “crimes”.
Maintenant je voudrais procéder à analyser les interprétations de Moeller dans la partie de son essai “Littérature du 20ème siècle et christianisme” où il étude l’oeuvre d’Albert Camus. Avant de faire cela je constate qu’il a fait un travail excellent et que je ne suis pas un expert en Camus. J’ai seulement lu “L’étranger”, “Le malentendu”, “La chute”, “Caligula”, “Les justes”, son discours du prix Nobel de littérature en 1957 et j’ai commencé à lire “Le mythe de Sisyphe”, et je crois sans doute que Moeller a fait un très bon essai où il a été capable de synthétiser la pensée littéraire de Camus en le contrastant avec d’autres écrivain contemporaines. Il y a des phrases qui résument très bien ce que Moeller pense de ces autres auteurs, comme quand il compare la production littéraire et philosophique de Sartre et celle de Camus au début de son intervention. Les arguments du théologal sont, généralement, solides et il nous donne une explication assez complexe et totale de l’oeuvre de Camus en utilisant un gran nombre de détails et de faits afin de démontrer son opinion. “Littérature du 20ème siècle et christianisme” est une guide imprescindible qui considère un gran nombre d’auteurs et qui donne un analyse complet de la littérature de cette période. D’un autre côté, je trouve qu’il y a des aspects et des nuances dans la théorie de Moeller avec lesquels je ne suis pas tout à fait d’accord.
Premièrement, je pense que pour mieux comprendre l’oeuvre camusienne, il faut imaginer l’auteur comme le James Dean des années 40. Le jeune Camus était un homme assez attractive qui a connu beaucoup de succès avec le femmes. C’est normal qu’il pensait qu’il faut aimer la vie et s’en profiter de tous les plaisirs comme le soleil, la mer, les femmes… Et être des Sisyphes heureux. À ce point là, j’accepte le thèse principale de Moeller, néanmoins je trouve que son terme “religion du bonheur” n’est pas précis et ce concept peut confondre les lecteurs. À mon avis, la profession de Moeller lui fait interpréter l’hédonisme que Camus défend dans un monde sans Dieu d’une manière trop religieuse. C’est vrai que dans “Le mythe de Sisyphe” Camus cherche le bonheur, mais le fait d’expliquer cette recherche avec des termes essentiellement religieux ne respecte pas les intentions de l’auteur algérien et Moeller complique l’interprétation, même si en vérité l’analyse n’est pas assez complexe. Le bonheur dont Moeller parle n’est autre chose que l’hédonisme.
D’un autre côté, j’estime que la théorie de Moeller réduit l’importance et la transcendance du cycle de l’absurde dans la totalité de la production littéraire de Camus. Moeller pense que “Le mythe de Sisyphe”, “L’étranger”, “Le malentendu” et “Caligula” sont des oeuvres de crises et que après cette période de l’absurde, Camus quitte cette philosophie. Cela est une façon assez simple d’expliquer l’oeuvre de Camus, mais à mon avis cet interprétation ignore les éléments absurdes de “La chute”, une oeuvre liée à quelques thèmes propres de l’existentialisme où Camus nous montre un personnage isolé et pas trop différent à Meursault avec lequel l’auteur critique la société bourgeoise et utilise l’ironie pour montrer la dualité et les contradictions humaines. La manque de Dieu, la solitude de l’individu vis à vis de la mort et la dégradation psychologique et morale du personnage forment un triangle fondamental afin de comprendre la nature absurde de “La chute”. De plus, dans ce roman on ne sait pas exactement qui est l’interlocuteur muet de Clamence et la fin du livre est totalement ambiguë. Est-ce que le deuxième personnage est le propre Clamence? Un alter ego antérieur et, dans ce cas, un exemple de la duplicité? Sa conscience? Son reflet dans un miroir? Le lecteur? Un autre avocat qui est prédestiné à refaire les mêmes actes et à revivre la même vie que Clamence a vécu? Si ma dernière question est correcte, je soutiens que c’est impossible de nier que “La chute” présente des éléments absurdes qu’on a déjà vu dans des autres travaux de Camus comme l’impossibilité d’échapper l’univers absurde et le fait d’être éternellement déterminé à vivre une vie banale et vide, mais, en même temps il faut être positif et s’en profiter de la vie. Il faut imaginer Sisyphe heureux. Pour ces raisons, je pense que réduire le cycle de l’absurde à une période de “crise” est une erreur car en faisant cela ont ignore la possibilité de voir les éléments absurdes dans les oeuvres postérieurs de Camus.
Finalement, je veux souligner un erreur dans la traduction de l’article sur Camus. Une professeur m’a donné une copie de cet extrait de “Littérature du 20ème siècle et christianisme” en espagnol et j’ai eu l’occasion de contraster la traduction et la version originale. Je crois qu’il faut dire que le mot espagnole “dicha” utilisée pour remplacer “bonheur” n’est pas tout à fait correcte. “Dicha” a, à mon avis, une nuance religieuse que l’oeuvre de Camus manque, cela contribue à créer de la confusion vis à vis de la figure de Camus et de les conclusions de Moeller. On peut interpréter être "dichoso" comme une façon de montrer l'amour de Dieu et à mon avis il ne faut pas utiliser un mot qui peut être vue de cette façon pour définir l'oeuvre d'un écrivain athée. Le traducteur commet le même erreur que Moeller a commis en nommant l’hédonisme “la religion du bonheur”. C’est n’est pas, quand même un erreur de traduction au sens stricte du terme, car c’est vrai que “bonheur” peut être traduite comme “dicha”, mais faire cela dans un essai qui parle de Camus n’est pas très approprié, car cela christianise notre perception de Camus. À mon juge le traducteur aurait pu utilisé le terme “felicidad” au lieu de “dicha”, qui n’as pas normalement cette nuance religieuse. Dans ce cas le défaut que je vois n’a rien à voir avec Moeller, car c’est un erreur de traduction, mais je voudrais le signaler dans cet article, quand même.
Tout cela ne vaut pas dire que Moeller n’a pas raison dans ses affirmations. C’est possible qu’il y ait des détails que, pour le moment, je ne comprends pas par rapport à Camus, car je n’ai pas lu tous les livres de cet auteur. Quand Moeller a écrit son essai il les avait lu, donc c’est possible qu’il ait vu quelque chose qui lui a fait comprendre la cycle de l’absurde comme une étape de crise et que je n’ai pas encore lu. Cette critique est donc ce que j’opine pour le moment, mais cela ne vaut pas dire que mon critère soit inflexible et quand j’aie lu toute l’oeuvre de Camus je serais content de réévaluer cet article.
Afin de clore cet essai, je veux dire qu’on a exploré les influences existentialistes de Camus et on a commenté sur les conclusions auxquelles Charles Moeller est arrivé par rapport à cet écrivain algérien, mais ces observations que je propose ne sont pas définitives et je pense qu’il faut lire la totalité de l’oeuvre d’Albert Camus avec beaucoup d’attention pour observer son évolution comme écrivain et philosophe.